- La Vieja Guardia

Detectan ondas gravitatorias de la fusión de estrellas de neutrones

Fecha: 18 oct 2017

Por fin ha habido confirmación oficial. Hace muchos años, en una galaxia muy lejana (pero claramente identificada, como luego explicaremos) dos estrellas de neutrones se fusionaron hasta formar, o bien otra estrella de neutrones "hija" (llamada "kilonova") o incluso un agujero negro. La energía remanente de esta fusión no alcanzó la tierra hasta el 17 de agosto pasado, justo pocos días antes del eclipse de Sol, el cual fue visible, por ejemplo, desde EEUU.

Hablando del Sol y de estrellas de neutrones… Recordemos rápidamente que una estrella de neutrones es lo que queda tras la explosión en forma de supernova de una estrella un poco más grande que nuestro "astro rey". En este caso, los electrones y protones acababan fusionándose y formando neutrones y neutrinos. Estos últimos se escapan a casi la velocidad de la luz, pero los primeros permanecerán "apelotonados" para siempre, conformando los objetos más pesados y duros del cosmos.

Pero volvamos al tema principal de este artículo. A pesar de superar muchos obstáculos tecnológicos para poder llegar a la detección de ondas gravitatorias y de haberse producido esta ya en varias ocasiones, aún había gente escéptica frente a estos logros. Después de todo, nunca ha habido corroboración por parte de otros observatorios y/o experimentos. Pero después del hallazgo, ya no hay derecho a tener más dudas.

Como decíamos y ya vaticinaban los rumores, los científicos han descubierto la fusión de dos estrellas de neutrones acaecida hace millones de años a millones de años luz.

Pero lo verdaderamente interesante de esta detección es que el mismo suceso ha sido observado tanto el "espectro de las ondas gravitatorias" como en el espectro electromagnético.

Recordamos también que este último es en el que ya estamos habituados a trabajar y que comporta todo tipo de "luz": visible, radio, infrarroja, ultravioleta, gamma, etc.

Cronología del descubrimiento

Todo comenzó el 17 de agosto a las 8:41 de la mañana (hora de la costa este de EEUU) cuando LIGO detectó un claro patrón de onda gravitatoria de los que ya hemos hablado en otras ocasiones. Esta señal duró unos 100 segundos (la más larga hasta la fecha y que coincide con al forma esperada producida por la fusión de dos estrellas de neutrones). Cerca de dos segundos después, el telescopio Fermi y el satélite Integral, detectaron una emisión de rayos gamma (espectro electromagnético).

Desde hace muchos años se viene pensando que las explosiones de rayos gamma provenían de la fusión de estrellas de neutrones, pero nunca había habido una evidencia clara hasta este momento. Todo parece indicar que la detección de ondas gravitatorias por parte de Ligo y la localización de rayos gamma llevada a cabo por dos telescopios distintos provenía del mismo evento cosmológico.

Al contrario que con agujeros negros, en la colisión de estrellas de neutrones sí se emite luz y esta se sigue generando incluso segundos después de haber finalizado el cataclismo. Gracias a la coordinación de datos de Fermi, Integral y Ligo se ha podido concretar con asombrosa precisión el área del espacio donde pudo haberse dado la fusión de estrellas de neutrones.

Pero además, con los datos de Virgo (que ya estaba operativo), esta región se estrechó todavía más: apenas el tamaño que tendrían 140 lunas llenas en el horizonte.

Pocas horas después, los astrónomos del telescopio VLT en Chile dirigieron sus sensores a esa zona del espacio, identificando claramente un cambio en el brillo de un punto de en la galaxia NGC 4993: las secuelas de nuestra fusión de estrellas de neutrones.

En resumen: comienza una nueva era en la astronomía. Una nueva era en la que somos un poco menos "ciegos" ante los sucesos del iniverso. Una nueva era en la que combinamos nuestra perfeccionada capacidad de vision en el espectro electromagnético con un nuevo sexto sentido: el talento para medir los zigzags del propio espacio y del propio tiempo.

Fuente: Muy Interesante.