- La Vieja Guardia

Jayro Díaz, el niño científico que no perdió la esperanza

Fecha: 03 sep 2017

México, 3 Sep (Notimex).- Jayro Díaz Hernández tiene once años y ya inventó un par de repelentes, uno que aleja a los molestos mosquitos, y otro que protege a las paredes de los no menos molestos grafitis.

A su corta edad, tiene una clara convicción: a México le hace falta que los niños estudien más ciencia, porque habrá más inventores “que podrán desarrollar objetos que nos hagan mejores personas y así convertirnos en una mejor civilización o sociedad”.

Este pensamiento no es gratuito, pues lleva más de dos años trabajando de la mano de Wendy Zurita, tallerista del Programa Adopta un Talento (Pauta), el cual impulsa, con equidad y excelencia, el talento para las matemáticas y las ciencias en niñas, niños y jóvenes.

La idea es fomentar vocaciones, dice Wendy en entrevista, “despertar el interés de los estudiantes, desde preescolar hasta prepa por el pensamiento científico. El objetivo es que ellos contemplen estudiar una carrera de ciencias”.

Sin embargo, Wendy tiene claro que despertar una vocación científica no es algo que se da de forma espontánea, en su opinión se trata de un proceso, en el cual se encuentran Jayro y otros niños inscritos en Pauta.

Y como parte de este proceso, el programa, además de sus talleristas, cuenta con la figura de los “mentores”, que son académicos registrados que proponen líneas de investigación de impacto social, para desarrollar con los jóvenes estudiantes.

En este sentido, el proyecto que desarrolló Jayro fue propuesto por un grupo docentes de la Universidad Latina de América (UNLA), con sede en Morelia, en donde la profesora Xóchitl Tavera registró dos líneas de investigación.

Una para desarrollar un ladrillo ecoamigable y la otra para crear un producto capaz de eliminar los grafitis de las paredes.

Para registrar ambos proyectos en la UNLA, los docentes integraron un grupo interdisciplinario que incluyó ingenieros civiles y en biotecnología, así como comunicólogas que apoyaron en todo momento a Jayro.

Fue así que en conjunto, este cuerpo académico guío las labores de investigación, documentación y experimentación de Jayro, además de ayudarlo a mejorar su expresión oral.

Respecto a la inspiración de Jayro para elegir este proyecto, Tavera comentó que el joven michoacano Salvador Magdaleno Acosta fue un referente, ya que es el creador de una fórmula a base de baba de nopal, sal y óxido de fierro, que protege del smog y los grafitis a los monumentos históricos.

Además, señala la tallerista Wendy Surita, Jayro encontró motivos para desarrollar este proyecto en la colonia Héroes Insurgentes, de Morelia, donde habita, ya que dice “ahí hay bandas dedicadas a hacer grafitis que le dan mal aspecto al lugar”.

“Entonces, él lo que quiere es quitar ese mal aspecto para que no tenga tanto impacto visual para las personas que pasen por ahí, o que vivan en la colonia”. En este sentido, los proyectos inscritos en Pauta deben tener un claro componente social.

“Y ahí es donde está la clave, en ver que hay personas que tienen ideas y creatividad y es importante ayudarles a explotar esa capacidad, que a la larga puede significar un beneficio social para todos”, concluyó.