- La Vieja Guardia

La división lleva a la derrota al centro político en Colombia

Fecha: 27 may 2018

Minutos antes de llegar al escenario en Bogotá donde iba a comparecer después de conocerse el resultado en las elecciones presidenciales de Colombia, un grupo de seguidores paró a Sergio Fajardo para consolarle. “Vamos a dar las gracias y seguimos juntos, ese es el reto. No se olviden”, les dijo visiblemente emocionado. El candidato de la Coalición Colombia, el representante del centro en esta cita, se quedó a 250.000 votos de pasar a la segunda vuelta y disputarle la presidencia a la derecha de Iván Duque.

“Gracias a los que como nosotros tienen un poquito de dolor, pero tienen la satisfacción plena de que le demostramos a Colombia lo que significa el poder de la convicción y la fuerza de la esperanza”, ha manifestado el candidato del centro.

Fajardo ha conseguido más de 4,5 millones de votos en las elecciones con mayor participación de la historia de Colombia, el 53% del censo. Lo ha conseguido con una plataforma en la que ha unido al Polo Democrático, partido de izquierda, la Alianza Verde, una formación progresista, y todos aquellos votantes que le llevaron a la Alcaldía de Medellín y la Gobernación de Antioquia.

La Coalición Colombia no consiguió, sin embargo, una alianza con Humberto de la Calle, que terminó en un lejano quinto lugar. El exnegociador de paz optó por lanzarse a la carrera presidencial con el Partido Liberal tras una consulta interna que le dejó maniatado para posibles acuerdos en la recta final. Ya rezagado en las encuestas, intentó una alianza con Fajardo que nunca se pudo concretar a pesar de sus evidentes afinidades ideológicas en el centro del espectro político.

"Ese fue el punto de quiebre de esta campaña”, ha dicho De la Calle en su discurso de despedida, responsabilizando al exalcalde de Medellín por haberse negado a una consulta interpartidista. Esa unión, a pesar de los guiños tardíos, naufragó en medio de obstáculos jurídicos y políticos, originados en gran medida en la dirigencia liberal, en manos del expresidente César Gaviria. “Tuvimos una relación afable y cariñosa con los candidatos. Los respetamos. Es muy importante que en Colombia aprendamos a ganar y a perder”, se ha limitado a decir Fajardo en su comparecencia en Bogotá.

“Tenemos que cuidar a nuestro país y nuestra coalición. En Colombia se puede. Nosotros sabemos unir, sabemos de confianza en lugar del miedo. Para 2019 tenemos que seguir juntos”, ha asegurado el exalcalde de Medellín. Es la única referencia que ha hecho al futuro de su plataforma. No ha querido desvelar a quién apoyarán en la segunda cita electoral del 17 de junio.

Humberto de la Calle mantuvo su defensa a ultranza del acuerdo con las FARC, aún en la derrota. “¿Dónde quedó el fervor y la fuerza con la que llenamos las plazas de Bolívar en todo el país? ¡Hoy más que nunca debemos movilizarnos, debemos vigilar la implementación del Acuerdo!”, ha apuntado en su discurso. El candidato liberal tampoco ha manifestado con claridad su respaldo en segunda vuelta, pero ha dado algunas pistas recurriendo a la paz: “No podemos dar marcha atrás. Colombia tiene hoy una segunda oportunidad sobre la Tierra. Esta es la principal responsabilidad que tendrá que asumir el próximo mandatario”.

Fajardo, a pesar de su notable repunte, se quedó a unos 250.000 votos de Gustavo Petro, el candidato de izquierda que pasa a la segunda vuelta con Duque. De la Calle obtuvo casi 400.000 votos, suficientes para haber llevado al exgobernador de Antioquia a segunda vuelta. El centro acudió dividido a la cita definitiva.

La maquinaria no logró sus objetivos

El otro gran derrotado de la jornada fue Germán Vargas Lleras. Respaldado (teóricamente) por una robusta maquinaría política, el exvicepresidente de Juan Manuel Santos, actual mandatario, fustigó a las encuestadoras al asegurar que no medían su verdadero potencial electoral. Pero en la encuesta definitiva, como se suelen referir los políticos a la jornada electoral, apenas llegó al 7,27%, algo más de 1,4 millones de votos. “Los resultados no nos favorecieron pero esas son las reglas de la democracia”, ha declarado sin amargura sobre su lejano cuarto puesto.

En un primer momento Vargas Lleras criticó sin pudor el acuerdo de paz, en un coqueteo con la derecha más dura, pero se reposicionó al ver que esa estrategia no rendía frutos. A pesar de contar con el apoyo de buena parte del establecimiento, su campaña nunca despegó, y la temida maquinaria, el sistema clientelista de compra de votos, no llegó a activarse, ni siquiera en la costa Caribe, su supuesto bastión. “Siempre dije que había que defender la institucionalidad y la democracia”, ha añadido en su escueto mensaje, sin llegar a adherirse a campaña alguna para la segunda vuelta.

Fuente: El País