- La Vieja Guardia

Un enorme volcán, y no un asteroide, pudo acabar con los dinosaurios

Fecha: 22 feb 2019

Las Traps del Decán -también llamadas escaleras del Decán-, un lugar de la India en el que hubo una gran actividad volcánica en el pasado, podrían encerrar la clave sobre la extinción de los dinosaurios. Todo depende de cuándo se formaron y de si lo hicieron antes de que el asteroide de Chicxulub, México, impactara contra la Tierra. A él se le atribuye, hasta la fecha, la desaparición masiva de especies del Cretácico. De ser anteriores y tener un efecto devastador en el clima del planeta, todo apuntaría a que la vida terrestre sucumbió antes de lo que se pensaba y por otras razones.

¿Fue por un volcán o por un asteroide? El debate lleva sobre la mesa de los científicos desde hace 15 años. Pero, este jueves, se ha reabierto con la publicación en la revista Science de dos estudios sobre la datación de estas formaciones geológicas del centro oeste de la India. Se trata de la mayor zona volcánica de la Tierra, pues abarca 500.000 kilómetros cuadrados y tiene un espesor de 2.000 metros.

Los resultados de los dos estudios llevan a conclusiones totalmente contrarias, así que la polémica está servida, pues ambas investigaciones son totalmente válidas. La diferencia entre ellas está en el grado de error de cada método empleado. Cuando se trata de eventos que ocurrieron hace tanto tiempo, la inexactitud de las técnicas se mide en miles o millones de años, por lo que la incertidumbre es alta.

Uno de los trabajos lo ha dirigido Blair Schoene, investigador de la Universidad de Princeton, EEUU. Él y su equipo han utilizado el método de datación Uranio-Plomo (U-Pb). Fueron a la zona y recogieron muestras de las capas de lava y de cenizas volcánicas que contenían circonio (un mineral común cuando se enfría el magma). En ellas midieron la desintegración del uranio y su transformación en plomo. Así calcularon la edad a la que se formó el circonio al enfriarse y cristalizar. Es una técnica precisa, pero que se equivoca en ± 40.000 años.

Los resultados del grupo de Schoene indican que en las Traps del Decán hubo cuatro periodos volcánicos de gran magnitud. Duraron unos 100.000 años y ocurrieron decenas de miles de años antes de que se originara el cráter de Chicxulub. Sugieren que la actividad volcánica liberó al medio ambiente enormes cantidades de magma y gases de efecto invernadero capaces de transformar el clima del planeta. Estas emisiones podrían haber provocado extinciones masivas mucho antes del impacto del asteroide.

"Dado que nuestros datos de U-Pb son significativamente más precisos, podemos ubicar con más confianza el registro de la erupción y argumentamos que una de las grandes erupciones comenzó antes del impacto de Chicxulub", ha afirmado a EL MUNDO Blair Schoene.

El otro estudio lo lideran la geocientífica Courtney Sprain, de la Universidad de Liverpool y el geólogo Paul Renne, director del Centro de Geocronología de la Universidad de California, Berkeley. La técnica de datación que han empleado es la del argón-argón (40Ar / 39Ar). Lo que han medido es el gas que liberan las muestras tras irradiarlas y la proporción que se establece entre el argón radiogénico (40Ar) y el argón producido por flujo de neutrones (39Ar).

Según sus análisis, la erupción de más del 75% de la lava de Decán ocurrió 600.000 años después de la extinción masiva del Cretácico-Paleógeno. Para este grupo de investigación, el magmatismo no tuvo un papel principal en ese acontecimiento.

Los expertos explican las diferencias

La técnica del (40Ar / 39Ar) es menos precisa. Sin embargo no tiene algunas de las limitaciones de la datación U-Pb. "En realidad las dos métodologías son muy fiables. En el caso del Ar/Ar puede haber pérdida de gas, pero el método analítico que se utiliza permite conocer la calidad de la muestra y desechar aquellas que carecen de precisión", ha comentado a este medio Inés Galindo, geóloga especialista en actividad volcánica. Galindo, que no forma parte de esta investigación, es jefa de la Unidad de Las Palmas de Gran Canaria del Instituto Geológico y Minero de España.

"Los dos modelos se caracterizan por una cantidad de incertidumbre que se cuantifica con un signo más / y un signo menos. Dentro de esta incertidumbre hay espacio para diferencias sutiles en la interpretación. Ambos estudios llegan a conclusiones razonables basadas en sus conjuntos de datos", ha explicado a este periódico Seth Burguess, geofísico del Centro de Ciencias de Volcanes del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés), quien ha publicado este jueves, también en la revista Science, una revisión de los dos trabajos. "El hecho de que estas interpretaciones difieran indica que necesitamos fechas más exactas y precisas", ha añadido. "Estos dos estudios nos enseñan algo más sobre la extinción y lo que podría haberla desencadenado, pero también nos muestran que aún queda mucho por aprender".

Teorías para la extinción de los dinosaurios

En lo que todos los científicos del mundo coinciden es que al final del periodo geológico conocido como Cretácico, hace 66 millones de años, se produjo la desaparición de una gran cantidad de especies y fue el final para los animales que en aquel entonces dominaban la Tierra, los dinosaurios no avianos. A este acontecimiento se le conoce como la extinción masiva del K/Pg, por las siglas en alemán del límite entre el Cretácico (último periodo de la era secundaria) y el Paleógeno (primer periodo de la era terciaria).

Varias hipótesis explican los hechos. La más conocida es la formulada por los estadounidenses de origen español Luis Álvarez y su hijo Walter Álvarez. Tras observar la cantidad inusual de iridio de ciertas rocas, ambos formularon en 1981 la teoría que explica que el impacto de un gran asteroide provocó la extinción de los dinosaurios. El cráter de 180 kilómetros de diámetro de Chicxulub, México favorece a esta teoría ya que tuvo que ser producido por un asteroide de al menos diez kilómetros de diámetro. Si uno, o varios objetos (como dicen otros estudiosos) de tales dimensiones hubieran golpeado la Tierra, las consecuencias climáticas podrían haber sido desencadenantes de la catástrofe.

Los científicos no descartan, en todo caso, que no sea el único factor. Al posible cambio climático de finales del Cretácico contribuirían fenómenos volcánicos como los de las Traps del Decán en India, ahora respaldados por los dos nuevos estudios. Quedaría por ver cuál se acerca más a la realidad y despeja la duda de qué ocurrió antes.

"Definitivamente no hay necesidad de excluir el impacto de Chicxulub o las Traps del Decán. Ambos ocurrieron y ambos probablemente jugaron algún papel en el evento de extinción", ha señalado Schoene.

Fuente: El Mundo