- La Vieja Guardia
Desde el observatorio astronómico de Berlín (Alemania), el astrónomo Johann G. Galle descubrió el planeta Neptuno el 23 de septiembre de 1846.
Para su hallazgo, el alemán Johann Galle (1812-1910) siguió los cálculos matemáticos del científico francés Le Verrier (1811-1877) que le habían llegado por carta dos días antes de confirmar el descubrimiento celeste.
El matemático francés Le Verrier trabajaba en el observatorio de París, donde llegó a ser su director, y le había pasado sus predicciones al astrónomo del observatorio de Berlín: Johann Galle.
En la carta, Le Verrier le pedía que observase una cierta región del cielo en la que, según sus cálculos, debería encontrarse un nuevo planeta que explicaría las perturbaciones observadas en la órbita de Urano. Esa misma noche se encontró un objeto con las características descritas, confirmándose que se trataba de un nuevo planeta en las dos noches siguientes.
Galle utilizó un refractor construido por el físico alemán Joseph von Fraunhofer (1787-1826) y localizó el planeta muy próximo a la posición predicha por los cálculos de Le Verrier.
Simultáneamente, en Cambridge, el matemático John Couch Adams (1819-1892), sin conocer el trabajo de Le Verrier, llevaba tiempo trabajando en el mismo problema.
En 1843 Adams ya había calculado una posición para el planeta desconocido, pero no precisó unos primeros resultados hasta septiembre de 1845. Adams, con tan sólo 26 años de edad, intentó comunicar su resultado al Astrónomo Real (director del observatorio de Greenwich), Georg Biddell Airy (1801-1892). Por una serie de vicisitudes Adams no llegó a entrevistarse con Airy personalmente y tan sólo pudo dejarle un escrito.
En las semanas que siguieron al descubrimiento de Neptuno, se desencadenó una agria polémica entre Francia e Inglaterra sobre la paternidad del hallazgo.
En esa polémica, Adams siempre se comportó como un auténtico caballero reconociendo los méritos de Le Verrier, mientras que este último se comportó de manera arrogante. Hoy se considera que son igualmente meritorios del éxito del descubrimiento de Neptuno tanto Adams como Le Verrier como, naturalmente, Galle.
Debido al color azul verdoso que presentaba el planeta, Galle lo bautizó con el nombre del dios del mar: Neptuno.
En 1838 Johann Gottfried Galle ya había hecho otro descubrimiento: la parte de los anillos oscuros de Saturno (los anillos C).
A lo largo de su carrera estudió los cometas, y en 1894 (con la ayuda de su hijo Andreas Galle) publicó una lista de 414 cometas.
Siglos antes…
Hay evidencias de que Neptuno fue visto y registrado por Galileo Galilei en 1613, Jérôme Lalande en 1795 y John Herschel en 1830, pero ninguno reconoció al planeta como tal en su momento.
Los dibujos de Galileo muestran que observó Neptuno el 28 de diciembre de 1612, y de nuevo el 27 de enero de 1613; en ambas ocasiones, Galileo confundió Neptuno con una estrella azul fija y por eso no se le atribuye su descubrimiento.
Neptuno es invisible para el ojo desnudo, ya que es demasiado tenue. Por lo tanto, las primeras observaciones de Neptuno eran sólo es posibles después de la invención del telescopio.
Fuente: Muy Interesante.